El calor no se queda en el techo, sólo el aire caliente lo hace. Este fenómeno se produce cuando se utilizan radiadores y calentadores de convección. Estos sistemas de calefacción tienen una temperatura significativamente más alta que la temperatura del aire. El aire se calienta a través del contacto con dichos elementos calefactores, aumentando su volumen mientras que su densidad aparente disminuye. El aire más frío con mayor densidad aparente empuja este aire caliente hacia arriba, aumentando la temperatura en dicha zona, donde no se necesita en absoluto.
La calefacción radiante de techo irradia rayos infrarrojos desde una fuente, en este caso desde el techo hacia el suelo. Estos rayos se transforman en calor al entrar en contacto con elementos sólidos o líquidos.
Un rayo de luz se propaga de la misma manera que un rayo infrarrojo, a través del movimiento de ondas electromagnéticas; ambos se reflejan en objetos brillantes y son absorbidos por objetos oscuros. El sol es una fuente natural de luz, así como los rayos infrarrojos. Los rayos infrarrojos pasan a través del universo, donde la temperatura se encuentra bajo el punto de congelación, y pasan a través de la atmósfera y el aire de la Tierra, pero se transforman en calor cuando alcanzan sustancias sólidas o líquidas, calentando éstas el aire por contacto.
