Buenas prácticas – Parte 2: Disipación de calor

En el primer artículo de buenas prácticas, detallamos la importancia del aislante térmico de suelo. En este segundo artículo, detallaremos los pasos a respetar para una disipación correcta y optima del calor, garantizado confort, ahorro energético y durabilidad del producto. 

Para proporcionar un funcionamiento óptimo, en la parte de dimensionamiento y elección del producto, es necesario considerar la superficie útil de la estancia donde se colocara la manta calefactora, descontando el perímetro (mínimo de 10 cm), además del mobiliario fijo/empotrado sin patas que pudiera impedir la correcta disipación del calor hacia el ambiente (sanitarios, muebles fijos de cocina, o cualquier mueble sin patas de al menos “5 cm”). De esta manera, se reparte la potencia necesaria, de manera óptima, en toda la superficie disponible.

Durante la instalación, se debe velar que el cable/manta calefactora esté instalado correctamente para que pueda disipar el calor generado de manera uniforme y sin elemento perturbador. La resistencia térmica entre la manta calefactora y el ambiente debe ser inferior en todo punto a 0.18 m2K/W. Para ello, se tiene que respectar estas tres normas sencillas:

                     

 

 

 

 

  • El cable calefactor no puede nunca cruzarse consigo mismo o con otro elemento calefactor instalado en la misma estancia.
  • No debe haber ningún tipo de material encima del cable que impida la disipación de calor hacia arriba (Ni cables eléctricos, ni material aislante, ni aislante acústico, ni tuberías, ni residuos de obra, etc…).
  • El cable debe quedar totalmente recubierto por un material de agarre compatible con el suelo radiante y respetando las proporciones recomendadas por el fabricante para evitar la subsistencia de burbujas de aire a proximidad del cable.

Si no se respetara alguna de estas reglas, se generarían bloqueos térmicos, zonas donde el calor no se pudiera disipar correctamente hacia la superficie provocando envejecimiento acelerado del elemento calefactor, zonas de suelo frías y perdidas de eficiencia térmica. 

Por último, es importante que el usuario final sepa la existencia del suelo radiante, para evitar la colocación de elementos de decoración o muebles que impidan la correcta disipación del calor (alfombras, muebles al suelo sin patas). Para ello facilitamos etiquetas identificativas que deben ser colocadas en el cuadro eléctrico, asegurando así una correcta transmisión de la información a los inquilinos o nuevos propietarios.